Landing.
A Chance Of.
You gotta learn to be thankful,El pesar consiste ante todo en una constatación de hechos. Es una muestra de inteligencia y un motor de transformación. Permite reconocer los errores y desear no repetirlos. Incita a reparar el daño hecho cuando es posible. Si hemos causado pesadumbre a alguien, el recuerdo de ese acto y el pesar qe engendra nos ayuda evitar herir de nuevo a esa persona. Por paradójico que pueda parecer, el pesar es completamente compatible con el optimismo, puesto que va acompañado de un deseo de transformación y ayuda a considerar la situación un punto de partida en el camino que permite convertirse.
For the things that you have.
Now bathe my idle soul in.
La culpa es totalmente distinto. Es estéril y constituye una fuente inútil de dolor. Con el pesar, obtenemos un control remoto para cambiar la escena en la cual detenidamente constatamos el error; en la culpa, pagamos una entrada al cine y vemos durante más de una hora un filme sin oportunidad de mirarla detenidamente, sino que nos dejamos envolver por las emociones del estruendo y la oscuridad.
Parafraseando lo que Ricard menciona acerca de las chances de terminar un ciclo con el pesar y la culpa, entiendo qué hago en esta cama. No es que sea mi destino o que esté cumpliendo una karma desvirtuosa, sino que es el punto de reflexión. Como quien atropella un perro y decide irse a la fuga y al llegar a casa nota que la placa tiene un dobléz; repara en observarlo y se da cuenta que fue el impacto del can y cada que baja del auto y trata de mover la nueva figura de la placa, recuerda al perro. Todo tiene un escalón para generar un buen o un mal movimiento. Todo tiene un histrión para acomplejarnos o realmente querer dedicarnos a la simpleza.
En la simpleza, mi chance de cambio fue confiar y dejarme llevar por la situación. No digo que el no-control es lo pertinente, pero si reconozco que dejé que la cosas fluyeran. Recuerdo que mencionaba Alonso que la vida tiene una escala de dolores y en esa escala está la del primer truene, que en cada relación, existen por lo menos tres.
El primer truene es cuando alguien menciona una supuesta confusión. Esa necesidad de recuperar el tiempo que se estaba minando de inversiones para la pareja. Y en ese caso, el sentimiento a quien recibe el truene, se asemejaba al perro que fue atropellado y las vísceras le reventaron y escupió todo por el hocico, con la placa doblada del auto quien le fulminó marcada en las costillas. “El dolor es increíble. Es una muerte prematura, inexplicable e insensata.”
El de nosotros puede que infiera al que titulaba el truene definitivo. Comprendiendo que en el pesar y en la culpa, hay algo que no nos deja estar bien. Que hay mucha vida por delante y que alguno de los dos confiesa que hay muchos más cuerpos que disfrutar, sonrisas que otorgar o soledades que apreciar. Hay uno en esta pareja que quiere y hay otro que definitivamente ama, pero, ¿para qué seguir culminando ese querer o ese amor? “Es el único truene detrás del cual se esconde un poco de esperanza.” Ese premonitorio sentir de que quizá mañana, en el metrobús te mire, te sonría y quizás me accedas un abrazo y te mencione lo mucho que aún te sigo amando, pero que en esta semana, este mes o quizá este año no se da la oportunidad y que cuando se pueda, tendré el chance de regresarte esa diminuta parte de España que pensé perdida y que sin querer, al buscar unos papeles del Hospital, apareció, ahí, esperando al momento correcto de ser encontrada.
Debo ser franco y decir que agradezco ese momento.
The Line.
Ayer miré un Western y leí a Dillinger. Me sorprendí de lo cómico que puede ser un guión que a simple vista es sobrio y que cumple sólo con la función de existir para que la película sea una obra completa y no esté mocha a situación de sólo ser violencia y escenario.
La línea fue suficiente para también seguir, aunque Ricardo me aconseje que de vez en cuando sólo me ocupe de escuchar, a interiorizarla.
W. E.: Mac, ¿has estado enamorado alguna vez?A veces me gustaría ser alcohólico de nuevo, encontrarme en un bar con algún individuo que mencione esa frase y pasar el resto de mi noche desahogando la mejor compañía que pueda imaginarme. Sin imposiciones, ni obligados silencios incómodos. De esas charlas en las que el silencio se agradece y que se sigue la línea con frases encantadores y con líneas dignas de un Western, para hacer de la noche una obra completa y no sólo violencia y escenarios.
Mac: No, he sido barman toda la vida.
Debo ser barman.
Memphis.
Seguí con Dillinger y noté que en su melancólico y desatinado escribir recuerda la película de Mistery Train. Cuando está una pareja de orientales en el suelo, con la mirada difusa y uno replica que la vida es fenomenal a la edad de 18 y que no hay nada mejor en la vida que tener 18 y estar en Memphis.
Si tuviese 18, seguramente no estaría en Memphis, desearía haberme tirado en un piso de hotel con mi mejor amigo y regular nuestro ímpetu mencionándonos lo mucho que nos acomoda el seguir con sueños factibles. Seguirnos simples. Está bien querer estar en Memphis, aśi como me hizo babear e idolatrarte cuando me dijiste que habías viajado a Italia y a Barcelona y que viviste tantas cosas. Pero también amaba lo simple. A los 18, lo simple me llenaba y ahora, a mi edad, esa ansiedad de que los años pasen y que las simplezas no se hagan suficientes, se me vuleven más necesarias. Todo tiene un histrión para complicarnos o para dedicarnos realmente a la simpleza. Yo, tirado, con una oriental a mi lado, mencionando que a mis 18 quería enamorarme y decir que no había nada mejor en este mundo que buscar el amor y luchar por él, aunque sea un amor chiquito. Buscar al amor es como buscar una ballena y encontrarlo es como cumplir una meta.
En Metro Morelos, el lunes, escuché en mi reproductor una canción del disco que perdí y te pedí de cumpleaños que puede refutarme todo, pero a la vez, darme toda la razón. “You say a little love is all you need, but love is such a small thing, can't you see?... You just feel what you wanted to feel, what you wanted to be.”
Yo quiero amar y ser amado y en esa condición, no hay nada mejor que tener 18 y haber sido amado. No hay nada mejor que tener 25 y haberte conocido y haberte amado y haberme sentido amado. Nada.
0 comentarios:
Publicar un comentario