Lunatic.
Loco.
“Por lo que nos dicen los antropólogos- Marcel Mauss, Claude Levi-Strauss- nada diferencia al loco del profeta, del brujo del político carismático, nada salvo el desfase excesivamente grande entre su delirio y el grupo que le rodea. Ambos, el loco y el profeta inventan su propio lenguaje: innovan, violan la gramática, la lengua, las palabras (Catherine Clement Vida y leyendas de Jaques Lacan) ”
Los psicoanalistas, al contrario que los psiquiatras, llevan mucho tiempo diciendo que el loco no esta “cortado por lo real”; sino, al contrario, invadido por un exceso de realidad, demasiado estimulado, demasiado acogedor, poroso al mundo: Un crustaceo sin caparazón, un pájaro sin plumas, un guerrero sin armadura.No es cosa de risa” (Catherine Clement Vida y leyendas de Jaques Lacan)
Lo dificil de entender es que la gente no tiene encanto sino gracias a su locura. Es el verdadero encanto de la gente; es el lado en el que pierden un poco los estribos, es el lado en el que ya no saben bien donde están… si no captas la pequeña raíz o el pequeño grano de la locura de alguien, no puedes amarle (Gilles Deleuze El abecedario de Gilles Deleuze)
Caso cerrado.
Los arribos del estribo.
Es la espera y es la noción de que en el desapego se encuentra un Nirvana, un Estado. Simbólico, equilibrante y sincero. Es un extrañar las blowjobs, el sexo, bueno o malo. Es extrañar roncar, es extrañar el desorden y es extrañar el desvelo.
Entonces la cordura envuelve, se desmantelan los juicios y se revela la factibilidad de que no todo está perdido.
En mi caso, comienzo con el sentimiento de pérdida, pero con la responsabilidad de convivir con ello sin quebrarme, sin sentirme insulso al impulso; cosa de todos. Como diría Barthes:
“Hay dos afirmaciones del amor. En primer lugar, cuando el enamorado encuentra al otro, hay afirmación inmediata (psicológicamente: deslumbramiento, entusiasmo, exaltación, proyección loca de un futuro pleno: soy devorado por el deseo, por el impulso de ser feliz): digo sí a todo (cegándome). Sigue un largo túnel: mi primer sí está carcomido de dudas, el valor amoroso es incesantemente amenazado de depreciación: es el momento de la pasión triste, la ascensión del resentimiento y de la oblación. De este túnel, sin embargo, puedo salir; puedo "superar", sin liquidar; lo que afirmé una primera vez puedo afirmarlo de nuevo sin repetirlo, puesto que entonces lo que yo afirmo es la afirmación, no su contingencia: afirmo el primer encuentro en su diferencia, quiero su regreso, no su repetición. Digo al otro (viejo o nuevo): Recomencemos.”
El pésame de un soltero enviciado es muy barato, el pésame de un soltero arrepentido, es el valioso, el que dará el mejor de los sentimientos transferidos en un consejo. El que dirá: “relájate, güey, no todo está en la mierda. Hay chance de que hasta ella te llame.” Hay cosas que se estipulan en un tablero de ajedrez y entiendes que no siempre es malo perder a la reina, que todas las piezas valen y la marcha del peón constituye una perseverancia que al final, la recompensa depositada en cada una de las ocho piezas de cabecilla redonda infunde confianza.
Iluso.
Despierto y escucho el mar. Lo malo a esto es que en el sueño despierto y miro una gotera en mi habitación, una pared destruida y un encharcamiento en el suelo. La espalda que está recargada y depositada en mi sueño es la tuya. Sólo usas playera, sin pantalones. Me levanto dela cama y al querer dirigirme a ti, gritas “¡Cuidado, Álvaro!” y siento un jalón de mis prendas que me frena el tocar el agua. Hay cables engarzados entre ellos y tú estás en el agua, sin miedo.
Despierto de ese sueño y contemplo mi celular y pregunto si es una señal para mandarte señales de mi vida para saber de la tuya.
… si no captas la pequeña raíz o el pequeño grano de la locura de alguien, no puedes amarle (Gilles Deleuze El abecedario de Gilles Deleuze).
ResponderBorrar:)